Un fuerte terremoto de magnitud 7 grados en la escala de Richter ha devastado el oeste de Haití. La ciudad más afectada es la capital Puerto Príncipe, donde centenares de edificios se han derrumbado con miles de personas en su interior.
Según el embajador haitiano en EEUU las consecuencias del sismo son "potencialmente catastróficas". Horas después de la catástrofe siguen sin conocerse cifras oficiales de muertos y heridos, aunque el representante diplomático reconoció que el balance final "puede ser alto".
A la espera de una confirmación oficial del número de víctimas del feroz seísmo, los testimonios que llegan desde la isla dibujan un panorama de destrucción y caos, especialmente en Puerto Príncipe. "Todo comenzó a temblar, la gente gritaba, y las casas comenzaron a derrumbarse... Es un caos total". Son las palabras de una periodista de Reuters que afirma que en la ciudad vio "gente gritando bajo los escombros" y familiares "buscando a sus muertos".
Según un periodista de la agencia AFP, los cadáveres se amontonan por todas las carreteras del país, mientras que los actos de pillaje y saqueo ya han comenzado a producirse en la capital.
"Toda la ciudad está a oscuras. Miles de personas están en la calle sin saber dónde ir", relata Rachmani Domersant, un portavoz de una organización de la caridad de Puerto Príncipe.
El secretario de Estado francés para la Cooperación, Alain Joyandet, ha informado de que habría al menos 200 desaparecidos en el hotel Montana situado en la capital. Según Francia, en este hotel, el único de lujo de Puerto Príncipe, había alojadas 300 personas, de las que 100 habrían abandonado el edifico antes de que se derrumbara, y en el que probablemente habría muchos extranjeros.
Los daños materiales son cuantiosos. Televisiones locales han informado de que varios edificios de la capital han quedado totalmente destrozados tras el temblor. Según informa la CNN, el palacio presidencial ha quedado parcialmente derrumbado. Fuentes diplomáticas consultadas por la agencia Efe han confirmado que tanto el presidente del país, Rene Preval, como la primera dama, Elisabeth Debrosse Delatour, se encuentran a salvo.